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La Terapia Visual Madrid es un tratamiento optométrico, individualizado, que tiene como objetivo potenciar las funciones del sistema visual, pudiéndose realizar terapia visual en niños desde los 3 años hasta adultos de cualquier edad.
En Mejor Visión la terapia visual optométrica que se realiza es holística y entendida desde un punto de vista comportamental, es decir, se entiende al individuo como un conjunto de sistemas que trabajan unos con otros y conforman a la persona y su manera de entender el mundo que le rodea. Consiguiendo a través de una serie de ejercicios dirigidos, interiorizar el aprendizaje e integrar lo aprendido de manera que perdure en el tiempo.
¿Cómo se realiza la Terapia Visual en Mejor Visión?
A lo largo de los años de experiencia e investigación Mejor Visión ha desarrollado técnicas propias de terapia visual que han ayudado a mejorar la vida de sus pacientes.
El programa de terapia visual Madrid es personalizado, con sesiones de ejercicios visuales que se aplican de forma lúdica y agradable para la persona.
Se trabajan formas de desarrollar las capacidades de acomodación o enfoque, los movimientos oculares (seguimientos y sacádicos) y la coordinación de los dos ojos, como la convergencia y divergencia ocular, utilizando material optométrico específico como lentes oftálmicas, programas informáticos y filtros polarizados, combinado con actividades dinámicas (trampolines, balancines, juegos con pelotas, etc.).
Se trata de fomentar la mejor manera de que la persona evolucione y crezca, tanto en el aprendizaje escolar como en la vida en general, trabajando actividades de forma rítmica, potenciando la coordinación ojo mano, así como la memoria visual, percepción visual y lógica. Se enseñan medidas de ergonomía e higiene visual y postural (distancia de lectura y escritura, uso de ordenadores, tablets, móviles, como sentarse o coger el lápiz correctamente, entre otros).
La duración total de la terapia dependerá de la persona y del problema. Se realizan 1 o 2 sesiones a la semana de 50 minutos en nuestro Centro, pudiendo combinar varias terapias al mismo tiempo.
¿Qué se trata con la Terapia Visual?
- Estrabismo.
- Ambliopía (ojo vago).
- Problemas de eficacia visual (oculomotricidad, acomodación y binocularidad).
- Problemas de lecto-escritura y aprendizaje.
- Dificultades de atención y concentración.
- Otros problemas.
¿Cómo puede afectar el desarrollo motor a las habilidades visuales?
El desarrollo motor del niño es paralelo al desarrollo de la visión y la audición.
“Si se pretende crear un sistema binocular fuerte, se debe antes crear un sistema bilateral fuerte”.
El ser humano no nace con la visión desarrollada. En los primeros años de vida es cuando se adquieren todas las capacidades visuales. Por tanto, es muy importante que durante este periodo los dos ojos reciban los mismos estímulos para que adquieran un nivel óptimo que permita el desarrollo de una buena binocularidad (uso de los dos ojos al mismo tiempo).
El cuerpo humano es bilateral, al igual que las extremidades son parejas, los ojos no son una excepción y para que el sistema visual trabaje de forma coordinada es necesario que exista una conexión fuerte entre los 2 hemisferios cerebrales y por ello se trabajan ambas partes del cuerpo conjuntamente, potenciando el sistema contralateral. Es por esto que se parte de la base, realizando ejercicios de reptado, gateo, marcha o equilibrio.
Con el movimiento y el desarrollo motor se consigue que cada lado del cuerpo se desarrolle por igual y que luego se unan para formar un todo y trabajen de forma coordinada.
En el niño recién nacido los hemisferios cerebrales se activan de forma alternante primero uno y luego el otro. Por eso los bebés mueven un lado del cuerpo o el otro, oyen por un oído o por el otro, ven por un ojo o por el otro.
Es muy importante que en estas fases se estimulen por igual las dos partes del cuerpo para que las dos se desarrollen por igual.
A los 7-8 meses los dos hemisferios cerebrales empiezan a comunicarse entre sí. Este proceso de unificación de los hemisferios empieza con el arrastrado contralateral y se perfecciona con el gateo contralateral. Durante este período se produce la maduración de las vías nerviosas de coordinación cruzada. El niño empieza a desplazarse con un patrón contralateral de coordinación, coordinando brazo derecho con pierna izquierda y viceversa.
Es también el momento cuando los dos ojos y los dos oídos (si han sido estimulados por igual) empiezan a funcionar juntos.
En la visión empieza a desarrollarse la binocularidad. El niño aprende que el espacio no es plano, sino que tiene profundidad y empieza a verlo en tres dimensiones y a desarrollar la capacidad de medir distancias.
Por todo lo anterior es tan importante seguir y completar todas las fases del desarrollo motor.