Cada vez son más los padres que llegan a consulta preocupados por la visión de sus hijos y cómo pueda ésta afectar a su desarrollo y a su rendimiento escolar, pero pocos son conscientes realmente de lo involucrado que está el sistema visual con una lecto-escritura eficaz y el desarrollo de actividades del día a día. Por ello, hoy hablaremos de la importancia de los movimientos oculares.
La importancia de una buena corrección por medio de gafas es indiscutible en el caso de que sean necesarias, solo así se formará una buena imagen en el centro de la retina para poder ver los detalles de los objetos y el aprendizaje de letras y números.
Pero una vez eso es correcto, si los movimientos de nuestros ojos no son los adecuados nunca podremos mantener esa imagen estable de cara a la buena comprensión y mantenimiento de la atención.
QUE SON LOS MOVIMIENTOS OCULARES
Algo tan simple como mover los ojos puede significar un auténtico reto además de un lastre en las aulas de pequeños y jóvenes estudiantes. Para conocer más a fondo los movimientos oculares, lo primero es saber que generalmente podemos dividirlos en dos tipos:
- Seguimientos:
Seguir un objeto con la mirada, sin perderlo, manteniendo esa imagen nítida en la retina es fundamental no solo para la atención, sino también para el equilibrio y la concentración.
Están tremendamente involucrados en la escritura y en el trazo que realizamos, ya que necesitamos unos buenos seguimientos para conseguir una correcta coordinación ojo mano en la escritura. En la lectura son imprescindibles para no perderse mientras se desplaza cada línea. También son fundamentales en el desarrollo de actividades deportivas, cuando seguimos una pelota o a los demás jugadores.
- Sacádicos:
Son los movimientos más rápidos que nuestro organismo es capaz de hacer, alcanzando los 700º/sg. Estos movimientos oculares rápidos dirigen la mirada de un objeto a otro del campo visual.
Unos sacádicos poco precisos o ineficaces nos crearan problemas en la orientación y sobretodo en la lectura, ya que estos movimientos son los más utilizados cuando leemos.
Cuando saltamos de una palabra a otra, de una línea de lectura a la siguiente o de párrafo en párrafo, estamos haciendo sacádicos de amplitudes variables. Cuando nuestras sacadas no son eficaces, nos perdemos en la lectura, tenemos que volver a releer o en el caso de los más pequeños, la comprensión y la velocidad lectura caen en picado.
COMO DEBEN SER LOS MOVIMIENTOS OCULARES
Por su lado los seguimientos deben ser suaves, como un hielo deslizándose sobre una superficie lisa. Encontrarnos con unos seguimientos que van a saltos no es bueno, esto es indicativo de que perdemos la imagen en su recorrido por el espacio y darán problemas de eficacia.
En cuanto a los sacádicos son algo más complejos. Ya que involucra no solo ser capaces de mantener el objeto fijado en el centro de la visión (algo que para algunos de los más jóvenes supone todo un reto de atención) sino que, además, tenemos que contar con una periferia ordenada y activa.
Lo que significa que debo de estar viendo el objeto al que voy a dirigir mi mirada antes de ir a mirarlo, ya que solo de esta forma podré hacer el movimiento ocular sin perderme por los alrededores del segundo objeto antes de llegar a verlo. Es por esto que es más importante la planificación que la ejecución del movimiento.
Por otro lado, existe el reto de la concentración a la hora de contar con unos movimientos sacádicos integrados y es que, si efectivamente necesito ser capaz de usar mi periferia para ver los objetos que voy a ir a mirar a continuación, también tengo que ser capaz de inhibir otros objetos que también se encuentran en el campo visual periférico y que pueden causarme una distracción.
En resumen, si mis ojos van como locos a buscar y fijar todo aquello que se presente en mi campo visual mi concentración nunca será adecuada. De ahí, la gran importancia de los movimientos oculares.
MOVIMIENTOS ASOCIADOS QUE ENTORPECEN LA VISIÓN
Por último, cuando movemos los ojos también tenemos que ser capaces de controlar otros movimientos del cuerpo para que éstos sean eficaces.
Para situar un objeto en nuestro campo visual podemos no solo mover los ojos, sino que también podemos hacer uso de nuestro cuello, cadera o movernos para ir a mirarlo.
Pero al igual que en ciertas ocasiones mover la cabeza es necesario, en otras tenemos que ser capaces de inhibir dichos movimientos.
Durante la lectura no podemos mover la cabeza, debemos usar solo los ojos, ya que si usamos más los movimientos de cabeza la estabilidad de la fijación se pierde.
Es más, invito al lector a continuar leyendo mientras mueve la cabeza exageradamente para comprobarlo, la imagen en retina se difumina y facilita que nos perdamos.
Otro ejemplo claro es en el deporte, si giro la cabeza hacia donde voy a realizar el movimiento (hacer un pase, golpear la pelota con la raqueta, tirar a portería) mis contrincantes sabrán de mis intenciones y podrán predecirlas fácilmente, si lo hago con mis ojos les será más difícil adivinarlo.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
Son este tipo de pacientes de los más comunes en nuestro Centro, mediante un plan de Terapia Visual y los ejercicios adecuados ayudamos día a día a comprender cómo deben de usar sus ojos de la forma más eficiente para fomentar su concentración además del resto de habilidades guiadas por la visión.
Algo tan sencillo como mover los ojos nunca lo tan evidente y, sobretodo, para los más pequeños y es por esto que la Terapia Visual es tan importante, para todos aquellos que posean problemas oculomotores que dificulten su día a día, fuera y dentro de las aulas.
Por ello, nuestros optometristas en Madrid, recalcan la importancia de los movimientos oculares. Cómo algo tan aparentemente normal en nuestras vidas puede afectar en nuestras actividades del día a día.